Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las lesiones graves causadas por el fuego provocan más de 320.000 muertes al año. Los expertos creen que la mayoría de estas muertes podrían evitarse gracias a la cirugía. Pero la intervenciones quirúrgicas se complican cuando no queda suficiente piel en el paciente quemado para poder hacer injertos en las partes más dañadas de su cuerpo. La nueva piel se debe cultivar a partir de células cutáneas del propio paciente, un largo proceso que puede acarrear deshidratación e infección. Los científicos descubrieron que se pueden utilizar materiales poliméricos (sintéticos), conocidos por su amplia gama de propiedades y que se encuentran en plásticos, biopolímeros y proteínas, para hacer crecer células humanas y que éstas se multipliquen, pero con resultados poco eficaces.
«Hace unos diez años, los científicos descubrieron la gran influencia que tenían las nanoestructuras sobre la manera en que se desarrollaba una línea de células», explicó el coordinador del proyecto, el profesor Johannes Heitz de la Universidad de Linz (Austria). «Fue el comienzo de un nuevo campo científico, a medio camino entre la medicina y la nanotecnología.»
La Universidad Militar de Tecnología de Varsovia (Polonia) dirigió el desarrollo de una nueva tecnología láser llamada EUV (ultravioleta extremo) que permitió crear superficies de polímeros nanoestructurados. En cuanto al socio de la República Checa, REFLEX, éste diseñó un espejo que forma un haz de luz EUV que, dirigido sobre una superficie, permite sintetizar los nuevos materiales poliméricos.
Gracias a esta técnica innovadora, los investigadores pueden garantizar un alto grado de precisión, de entre 10 y 20 nanómetros. Las mejores técnicas tradicionales pueden obtener un nivel de precisión máximo de 100 nanómetros.
«Una de las últimas teorías en el campo de cultivo de células es que cuanto menor sea la estructura, mayor será la posibilidad de manipular las células», afirmó el profesor Heitz. Una gran ventaja con la técnica UVE es que la estructura del material se conserva, un aspecto en el que suelen fallar los métodos convencionales.
«Si el material se va a utilizar para cultivar células humanas, es esencial que la estructura sea regular», explicó el profesor Henryk Fiederowicz de la Universidad Militar de Tecnología.
Cabe señalar que las nanoestructuras generadas con tecnología UVE pueden afectar el comportamiento de las células orgánicas. Según los miembros del equipo, dependiendo del tipo de superficie de polímero utilizado se pueden mejorar y acelerar los cultivos de otros tipos de células. El material que se utilice para cultivar células madre humanas determinará cómo dichas células se transformarán en otro tipo de células humanas. «El uso de un tipo de material polimérico u otro nos ayudará a cultivar diferentes tipos de células musculares, nerviosas, células adaptadas al corazón humano, los huesos o a cualquier otra parte del cuerpo humano», añadió el profesor Heitz.
Los socios entienden que esta nueva técnica se puede aplicar en muchos ámbitos diferentes, incluida la biotecnología, la microelectrónica y la óptica integrada. Si bien la tecnología de cultivo de células se encuentra todavía en fase de prueba, el equipo dice que los resultados son «hasta ahora, muy alentadores».
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