miércoles, 14 de enero de 2009

TESTIMONIO DE MEDICOS PALESTINOS Y NORUEGOS: EN GAZA SE ESTA UTILIZANDO UN NUEVO TIPO DE ARMA


Las televisiones árabes que emiten desde Gaza han mostrado los últimos días heridos de un tipo nuevo, adultos y niños con muñones sanguinolentos en lugar de piernas. El domingo 11 de enero dos médicos noruegos, los únicos occidentales que trabajan en el hospital de la ciudad, lo han confirmado. Los doctores Mads Gilbert y Erik Fosse , que llevan veinte años trabajando en la zona con la o­nG noruega Norwac, pudieron salir del territorio la víspera, con 15 heridos graves, por la frontera con Egipto. No sin sortear obstáculos: «Hace tres días nuestro convoy, a pesar de estar identificado por el Comité Internacional de la Cruz Roja, tuvo que dar media vuelta antes de llegar a Jan Yunis, donde los tanques nos dispararon para detenernos», declararon a los periodistas presentes en Al-Arish.

Dos días después el convoy pudo pasar, pero los médicos y el embajador de Noruega, que había ido a recibirles, permanecieron toda la noche retenidos «por razones burocráticas» en el puesto fronterizo egipcio de Rafá, entreabierto únicamente para las misiones sanitarias. Esa noche los vidrios y un cielorraso del puesto se rompieron con el estampido de una de las bombas lanzadas en las cercanías.

«A dos metros parte el cuerpo por la mitad; a ocho metros siega las piernas, las abrasa»

«En el hospital Al-Shifa de Gaza no hemos visto quemaduras de fósforo ni heridos por bombas de racimo. Pero hemos visto víctimas de algo que tiene todas las trazas de ser un nuevo tipo de arma experimentado por los militares usamericanos, conocido como Explosivo de Metal Denso Inerte (DIME por su sigla en inglés) [1]», han declarado los médicos.

Son unas pequeñas bombas con envoltura de carbono y una aleación de tungsteno, cobalto y níquel o hierro cuyo enorme poder explosivo se disipa a 10 metros. «A dos metros parte el cuerpo por la mitad; a ocho metros siega las piernas, las abrasa como si las atravesaran miles de agujas. No hemos visto los cuerpos partidos, pero sí a muchos amputados. Los hubo parecidos en el sur de Líbano en 2006 y los vimos en Gaza aquel mismo año, durante la operación israelí Lluvia de verano. Los experimentos con ratas han demostrado que las partículas que permanecen en el cuerpo son cancerígenas» han explicado los médicos.

Un médico palestino entrevistado el domingo por Al Yazira relató su impotencia en estos casos: «No tienen ningún rastro visible de metal en el cuerpo, pero hay extrañas hemorragias internas. Una materia quema sus vasos y causa la muerte. No podemos hacer nada». Según el primer equipo de médicos árabes autorizado a entrar en el territorio ocupado, que llegó el viernes desde el sur al hospital de Jan Yunes, allí han ingresado «decenas» de casos de este tipo.

«¿Será esta guerra un laboratorio de fabricantes de muerte?»

Los médicos noruegos se han sentido en la obligación de informar sobre lo que han visto debido a la ausencia en Gaza de cualquier otro representante del «mundo occidental», ya sea médico o periodista. «¿Será esta guerra un laboratorio de fabricantes de muerte? ¿En pleno siglo XXI se puede encerrar a millón y medio de personas y hacer con ellas lo que se quiera, llamándolas terroristas?»

En el cuarto día de guerra llegaron al hospital de Al-Shifa, que ya conocían de antes y después del bloqueo. Allí encontraron un edificio y un equipamiento «en las últimas», a un personal exhausto y moribundos por doquier. El material que habían preparado había quedado retenido en el paso fronterizo de Erez.
«Cuando llegan a urgencias cincuenta heridos de golpe, el mejor hospital de Oslo apenas podría atenderles ―cuentan―. Aquí podían caer diez bombas por minuto. La destrucción de una mezquita cercana hizo añicos unos vidrios del hospital. Cuando suenan las alarmas el personal tiene que refugiarse en los pasillos. Su valentía es increíble. A lo mejor duermen dos o tres horas diarias. La mayoría de ellos tienen víctimas entre sus parientes, escuchan en la radio la lista de los lugares que acaban de ser atacados y a veces es donde vive su familia, pero tienen que quedarse trabajando… La mañana que salimos de allí, cuando entré en urgencias, pregunté cómo habían pasado la noche. Una enfermera sonrió. Luego prorrumpió en sollozos».

En este momento de su relato la voz del doctor Gilbert se quiebra. «Ya ve ―se repone y sonríe con calma― yo también…»

Fuente: http://www.lemonde.fr/proche-orient/article/2009/01/12/des-medecins-evoquent-l-usage-d-un-nouveau-type-d-arme-a-gaza_1140545_3218.html#ens_id=1106055

[1] Ver un detallado informe sobre esta arma en el boletín del CIAR http://www.ciaramc.org/ciar/boletines/cr_bol136.htm (n. del t.)

Traducido por Juan Vivanco




El rastro del fósforo blanco

Francia y Human Rights Watch piden a Israel que no use el agente químico

13-01-2009 - Un nuevo terror, el fósforo blanco, se extiende entre la población de Gaza a medida que avanzan los carros de combate. Las cadenas de televisión y la prensa árabes se hacen eco del uso de este agente químico por el ejército israelí. Después de que lo publicara el diario The Times - citando a la revista especializada Jane´s-la denuncia de la organización Human Rights Watch (HRW) ya se conoce en todo el mundo y ayer, el mismo día en que el Comité de Derechos Humanos de la o­nU condenaba el asalto israelí a Gaza, el portavoz del ministerio francés de Asuntos Exteriores anunciaba que Francia "se asocia" a la petición deHRWa las autoridades israelíes de dejar de utilizar proyectiles de fósforo blanco, "dada su toxicidad en la densidad de población de Gaza".

La nota francesa se atiene a lo que marca la ley humanitaria internacional, es decir, este producto químico no está prohibido por el derecho humanitario internacional pero en un lugar como Gaza su efecto puede ser devastador, y a ello se acoge la denuncia de HRW. Tanto el ejército como el Gobierno israelí replican que no se está utilizando nada prohibido por las convenciones internacionales.

Según el analista militar de HRW Marc Garlasco -que antes trabajó para el Pentágono-el ejército utiliza estas cápsulas de gas para crear una cortina de humo ante las tropas y para marcar objetivos, pero "puede hasta quemar casas y causar horribles quemaduras". La agencia Efe divulgaba ayer testimonios de Gaza según los cuales algunas personas sufrían asfixia y "extrañas quemaduras, como si la carne quemase desde dentro".

Si de algo saben en los hospitales de Gaza es de cirugía de guerra. Ran Yeron, director para los territorios ocupados de la o­nG israelí Médicos por los Derechos Humanos, confirmó a este diario lo dicho a varios medios por médicos del hospital As Shifa, el único en Gaza que tiene unidad de quemados. "Hablé con el doctor Nafez Abu Shaban y me ha dicho que no es experto en este tipo de quemaduras y no lo puede asegurar porque se deberían analizar muestras a un laboratorio, y en Gaza no hay medios para ello; el problema es que hay que hacerlo enseguida porque el rastro del fósforo se evapora. Pero, comparando heridas de otras ocasiones con las de este ataque israelí, estas son las más profundas y severas vistas hasta ahora".

El doctor Mads Gilbert, anestesista, ha salido de Gaza con su compañero, el doctor Erik Fosse, presidente de la fundación noruega Norwac, con los síntomas característicos de ansiedad y agotamiento por sus trece días vividos en el hospital Shifa. Otro médico y una enfermera les han relevado. Según la Organización Mundial de la Salud, 21 médicos palestinos han muerto estos días y 30 han resultado heridos. Los médicos de Gaza, menos de medio centenar, no ven a sus familias - algunos han perdido a sus seres queridos-y duermen en el sitio, como el jefe del servicio de emergencias, Muawiya Hasanain, un hombre siempre orgulloso de su trabajo que ahora comunica cien veces al día el número de muertos. Ayer se llegó a 917 y 4.000 heridos. De sus 57 ambulancias, las mismas que tenía hace un año, hoy están operativas 35.

Mads Gilbert sospecha que el ejército israelí utiliza un tipo de explosivo experimental llamado Dime (por dense inert metal explosive),a base de tungsteno, cobalto y níquel y que "fue desarrollado después del uranio empobrecido" usado en Iraq. "Provoca una o­nda expansiva tremendamente fuerte un radio de cinco a diez metros - explicó ayer a La Vanguardia-,a fin de evitar daños colaterales" al margen del objetivo. "Los fragmentos de metal, del tamaño del polvo, no se ven en las heridas, pero la explosión es tal que corta brazos y piernas como una espada, causa heridas internas y grandes desgarros de tejido".

Gilbert dice haber visto media docena de casos en el cuarto día de la invasión y señala que "en Gaza se ha usado ya dos veces, también en Líbano, y en la mayoría de casos las víctimas eran civiles". En el verano de 2006, habría causado 200 muertos y 300 heridos graves en Gaza, según una investigación italiana. Médicos por los Derechos Humanos recibió ayer en Tel Aviv un vídeo del hospital Shifa que pondrá en manos de expertos , y lo mismo hará respecto al caso del fósforo blanco.

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