¡Pasen y vean!, el medioambiente está de moda. Términos como cambio climático, calentamiento global, agujero de ozono... y otros muchos son repetidos en la tele, radio, prensa, incluso en las conversaciones cotidianas. Nuestra sociedad se ha subido al carro del ecologismo, parece muy "concienciada" por los problemas ambientales, nos oponemos a las centrales nucleares, a las térmicas... y mostramos nuestro apoyo por las energías limpias, no queremos vertederos, nos quejamos de la contaminación de los automóviles... y hasta aquí llega nuestra concienciación.
Luego está la otra cara, la que dice que somos el país de la UE que más consume energía, donde menos se ahorra, donde la demanda crece año tras año, casi no se recicla... Somos unos hipócritas, nos envolvemos con la bandera del ecologismo y después pasamos de todo. Nadie serio puede pensar en que podemos sustituir las energías tradicionales por las renovables con nuestros hábitos de consumo, ni mucho menos; en todo caso, aliviar un poco nuestra dependencia de las energías tradicionales. La realidad es que todo el mundo es ecologista hasta que tiene que modificar su estilo de vida, aunque sea poco, claro; protestar cuesta menos.
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