Una vez más, la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) hace gala de su insaciable afán de lucro, sólo igualado por su inconmensurable desdén hacia las formas no comerciales de difusión de la cultura, el saber y la creatividad.
No contenta con imponer el cobro por préstamo de libros y otros documentos en las bibliotecas públicas o con exigir elevadas cuantías a los organizadores de conciertos íntegramente benéficos, ahora reclaman al Ayuntamiento de Fuente Obejuna más de 30.000 euros por representar la obra de Lope de Vega Fuenteovejuna sin tener en cuenta que dicho autor desapareció hace ya siglos y que todos los actores son voluntarios de la zona que en ningún caso cobran por su actuación a pesar de que la preparan con esmero durante meses. ¿Hasta cuándo los poderes públicos seguirán amparando este cúmulo de despropósitos, más propio de un estamento feudal que de un colectivo que (supuestamente) defiende la propiedad intelectual y artística?
Puesto que, precisamente, el argumento de Fuenteovejuna es la rebelión de todo el pueblo contra los abusos de poder, habrá que gritar un "todos a una" contra la arbitrariedad del poder... de la SGAE.
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