Para innumerables mujeres, el hogar no significa confort y cobijo, sino temor.
La violencia en el hogar destroza la vida a mujeres de todos los países del mundo.
Se trata de una violencia que incluye palizas a manos de la pareja, abusos sexuales y violación conyugal, y que a menudo es a la vez física, psicológica y sexual.
Más del 70 por ciento de las mujeres víctimas de asesinato mueren a manos de sus esposos o compañeros.
Sin embargo, pocas buscan ayuda o justicia. Muchas se quedan junto a sus parejas porque no tienen otro lugar a donde ir ni tampoco independencia económica.
Los Estados deben proteger a las mujeres frente a la violencia en el hogar:
- garantizando la existencia de leyes adecuadas;
- aplicando las leyes existentes;
- garantizando el acceso a servicios de salud adecuados y efectivos;
- proporcionando formación especializada a quienes trabajan en el sistema judicial;
- creando entornos seguros donde las mujeres puedan estudiar y trabajar.
Hay que cambiar las leyes y endurecer las condenas, hay que cambiar la mentalidad machista de muchas personas y eso solo se puede conseguir mediante la reeducación y el acceso a la cultura y a la información.
DESDE AQUÍ MI APOYO A TODAS LAS MUJERES MALTRATADAS DEL MUNDO E INSTO A TODAS ELLAS A DENUNCIAR LOS MALOS TRATOS, TANTO FÍSICOS COMO PSICOLÓGICOS. ENTRE TODOS PODEMOS ACABAR CON ESTA LACRA.
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