Hay noticias que no deberían ocupar las primeras páginas de la prensa, que no deberían sorprendernos, que no tendrían que provocar diferencia de opiniones. Noticias como nombramientos de ministras o portavoces femeninas de partidos políticos no deberían ya asombrar a nadie.
Sin embargo ocurre. Ocurrió hace apenas unos días, bastó el anuncio del nombramiento de algunas de las nuevas ministras para que un gran número de voces se dejasen oír, con más o menos acierto y en ocasiones dudoso respeto, cuestionando la idoneidad de algunas de estas personas para ciertos cargos.
Y mi pregunta es, a que responden estas críticas? Son simples valoraciones acerca de la valía profesional de algunas de estas mujeres? O acaso son la excusa para disparar las balas del machismo sobre una sociedad que recoge con asombro la noticia de que una mujer es la nueva ministra del ejercito, y, sin embargo, no se inmuta ante opiniones que lo cuestionan todo menos la capacidad profesional?
No seamos hipócritas, reconozcamos la verdad; la sorpresa general, las críticas fuera de tono, los chistes fáciles, no son más que la respuesta de una sociedad ignorante, que se exhibe orgullosa condenando con palabras la violencia de género, y con las mismas palabras agrede a las mujeres, utilizando su condición femenina como argumento en contra de su validez profesional, sembrando así la semilla de aquello que queremos erradicar.
Afortunadamente, la palabra "machista", que aún define a un gran número de personas, es hoy un insulto, eso significa que la igualdad está más cerca, sin embargo, el paso definitivo, aunque aún se encuentra lejos, se dará el día en que todo esto deje de ser noticia.
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