viernes, 4 de abril de 2008

BAZOFIA TELEVISIVA EN TELECINCO

Hoy estaba zapeando en la tele después de comer y di con el peor programa que según mi punto de vista se ha hecho nunca, cuando creía que las bazofias televisivas se estaban reduciendo con el tan esperado cierre de aquí hay tomate, va telecinco y saca una basura todavía peor LAS GAFAS DE ANGELINO.

Voy a definir este programa con dos palabras INMUNDICIA CASPOSA, después de quitarse de en medio a Jorge Javier Vazquez (descansa en paz mermelada), la cadena decidió seguir en la línea del denostado tomate, tenían la oportunidad de hacer un programa nuevo, cualquier temática hubiera sido buena, un programa de reportajes al estilo callejeros, un espacio de humor al estilo se lo que hicisteis la última semana (programa que desde aqui recominedo), un programa de entrevistas al estilo Buenafuente, no se, mil cosas que podían reconducir la fama frívola, casposa y pasada de moda de la cadena. Pero no, las mentes pensantes de telecinco han decidido seguir con mas de lo mismo y de peor calidad todavía, si no quieres taza, taza y media.

Este programa hereda lo peor del tomate y le añade algo peor, su nuevo presentador pre puber, con el cual (según el programa) veremos la actualidad desde los ojos de un adolescente, que si así es como ven los adolescente el mundo me pego un tiro. Pésimo fichaje de la cadena amiga, que han contratado a un niñato, con pésimas o nulas capacidades interpretativas.

El contenido del programa sigue siendo la recurrida y soez vida social de los famosos y famosillos de este país de pandereta. Desde aquí hago un llamamiento al boikot de este programa a ver si tan rápido como ha venido se va, y aconsejo dirigir  la mirada a la sexta, una cadena en auge con contenidos frescos y originales y que en la misma franja horaria, a las 3,30, hacen un programa de humor inteligente y una crítica a estos pseudo espacios televisivos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo no sé qué problema ves en ello, a quien le gusta que lo mire y al que no, pues no.
Es como decir:
"joe, en Japoneses han cambiado el formato de la botella de cocacola y lo han pintado de colorines, aunque en España sigue siendo igual, mira que son horteras los japoneses. Aunque yo no vaya a consumir de esas botellas ruego hacer un complot para que los japoneses dejen de usarlas". ¿es lógica la queja? a los japoneses que les gusta, beberán de esa botella, y los que no, bajo su propio criterio pues a lo mejor se pasan a la Pepsi.
Pues con esto igual, a ti la Sexta no te la modifican, así que, ¿qué más te da lo que echen en Telecinco si tú igualmente no lo vas a ver?

Anónimo dijo...

Me importa porque esa clase de programas hacen que la gente en vez de preocuparse por las cosas que de verdad importan,se preocupe por el nuevo vestido que le ha comprado la duquesa de alba a su perro por poner un ejemplo.Y porque creo que hay muchos mas temas que requieren la atención de los medios de comunicación y que pasan por alto día tras día.Pero respeto que a ti te guste el programa y que me lo hayas hecho saber.Un saludo.

Anónimo dijo...

Yo no sé ni que programa es, simplemente me hace gracia que vayas de reivindicativo por la vida cuando a ti, vuelvo a repetir, no te influye. Tanto si se quieren interesar por el vestido de la Duquesa de Alba como si se interesan por las tetas de patricia conde mientras hace un papel de loca, es cosa suya, no tuya. Vive y deja vivir.

Anónimo dijo...

Por supuesto que tenemos la libertad de elegir lo que vemos en televisión, o prescindir de ella absolutamente. Sin embargo, no por eso perdemos el derecho de expresar nuestra opinión sobre los contenidos de esa televisión, y este es el caso de el artículo de este blog, con el que estoy bastante de acuerdo. Decir que no debemos preocuparnos por algo que nosotros no vamos a consumir es asumir un papel completamente pasivo ante la sociedad, que, no olvidemos, es responsabilidad de todos los que la formamos. Por supuesto, tambien somos libres de asumir el papel que queramos dentro de esta sociedad, aunque, en mi opinión, una actitud crítica favorece la evolución positiva, que, prefiero suponer, es el objetivo de toda sociedad.